En 1811 se propuso en las Cortes de Cádiz el abolicionismo para los territorios americanos. Se apartó el tema por intereses económicos en Cuba y Puerto Rico que amenazaron con unirse a EEUU. Tras la Guerra de Secesión, los americanos se unieron a Inglaterra en sus presiones abolicionistas sobre los territorios de Epaña. Precisamente en ese siglo Inglaterra sería dueña del mayor negocio de mano de obra gratuita en África. La población africana trabajaría en las incipientes colonias que después de la Conferencia de Berlín 1885 daría lugar al gran eje geopolítico y colonial británico (El Cairo unido con El Cabo mediante una vía férrea)
El 2 de abril de 1865 se crea la
Sociedad Abolicionista Española por iniciativa del hacendado portorriqueño
Julio Vizcarrondo, trasladado a la península tras haber liberado a sus esclavos. Fundaría su periódico “El abolicionista” contando con el apoyo de políticos que fraguaron la Revolución de 1868 (“La Gloriosa” que destronó a Isabel II).
Ver
Cuando España era esclavista EL PAÍS 15/01/2012
Esclavos africanos matando al capitán Ferrer después de amotinarse en el buque Amistad en 1839
. Ver imagen de EL PAÍS
Contrato esclavista firmado en Lima el 13 /6/1794. Por un esclavo de 18 años se pagaron 525 pesos de la época. Se argumentaba su buen estado de salud aunque podía padecer enfermedades ocultas. FUENTE:
Wikipedia
¿España no fue esclavista en África?
El historiador Carlos Martínez Shaw nos lo explica:
"Como es bien sabido, la mayor
catástrofe que se abatió sobre el África subsahariana en los tiempos
modernos fue la trata de esclavos. Sus protagonistas fueron sobre todo
los mercaderes europeos establecidos en las factorías esclavistas de la
costa (portugueses primero y después holandeses, franceses e ingleses),
que impulsaron la transferencia masiva y forzosa de las poblaciones
africanas hacia el continente americano, esencialmente para servir de
mano de obra a la economía de plantación practicada en las colonias de
todas estas potencias y de la monarquía hispánica, que sólo tuvo acceso a
las fuentes de abastecimiento de esclavos más tardíamente, ya a finales
del siglo XVIII.
Este hecho ha sido en buena parte responsable de que sobre el
comercio y la explotación de los esclavos africanos en la América
española hayan corrido tópicos que aún hoy siguen
desorientando al curioso que no está especializado en el tema.
Libros como
La esclavitud en las Españas y
La Corona española y el tráfico de negros,
arrojan luz sobre el deficiente conocimientode nuestro pasado

El libro de José Antonio Piqueras, está especializado en el
ámbito antillano y el siglo XIX. Despeja incógnitas sembradas por las leyendas que ha
promovido el nacionalismo español.
"España no practicó la
trata en los primeros siglos de la modernidad no por una opción ética,
política o económica, sino sencillamente porque no tenía acceso a los
centros proveedores de esclavos en virtud de la prohibición contenida en
el tratado de Tordesillas de 1494". Ahora bien, eso no significó que sus
colonos instalados en las Indias no exigiesen mano de obra esclava, para la economía de plantación (azúcar,
cacao, café). Por tanto, sus necesidades de esclavos africanos fueron
atendidas por las potencias negreras indicadas, hasta que las enormes
dimensiones adquiridas por los ingenios azucareros de Cuba incentivaron a
los españoles a convertirse en negreros y asegurarse así su propio
suministro, olvidándose de Tordesillas y practicando la trata en gran
escala hasta la década de los sesenta . Y ello pese a haber suscrito en 1820 un convenio en sentido contrario
con Inglaterra, que se había pronunciado como abolicionista del tráfico humano años antes. Y, sin embargo, como explica el autor,
"todavía en 2009 los
ponentes del Partido Popular pudieron defender ante las Cortes que
“España no formó parte directamente del tráfico” y quedarse tan frescos.
Además, hay que distinguir entre el comercio de
esclavos y el mantenimiento de la esclavitud, que aún se prolongó más:
la I República la abolió en Puerto Rico (1873) y el gobierno liberal de
Sagasta en Cuba (1886) sólo dos años antes de que lo
hiciera Brasil, el último país oficialmente esclavista.

El segundo libro, señala los
pasos dados por España para garantizarse su cupo de esclavos negros en sus colonias americanas.
Reyes Fernández Durán nos ilustra la concesión de licencias
(“asientos” o contratos) para la introducción de esclavos africanos,
primero (durante los siglos XVI y XVII) a grupos empresariales
portugueses y genoveses, después a la francesa
Compagnie de Guinée y finalmente a la inglesa
South Sea Company.
Cancelado en 1750 el oneroso asiento con los británicos (impuesto por
la paz de Utrecht de 1713), la segunda mitad de siglo abundó en
iniciativas particulares, algunas de las cuales fraguaron en la creación
de sociedades mercantiles especializadas en la trata (como la fundada
en Cádiz en 1765 bajo el inequívoco apelativo de Compañía Gaditana de
Negros), hasta la liberalización del tráfico acordada por la Corona en
1789 para la introducción de esclavos en las islas de Cuba, Santo
Domingo y Puerto Rico y en la provincia de Caracas. El resultado fue una espectacular mano de obra africana, que ayudó a la próspera economía cubana del siglo XIX y al despegue del capitalismo español.
La historia de la esclavitud también debe hablar francamente del sufrimiento de
los sometidos, la miseria moral de los que justificaron o quisieron
ignorar la existencia de aquel “infierno que nunca acaba”
FUENTE:
Esclavos de España Blog Cultura EL PAIS 9/9/2012